viernes, 12 de noviembre de 2010
El post que no llegó
viernes, 5 de marzo de 2010
Cuestión de Fé.
En este caso, la gente de Pepsico Snaks decidió recurrir a la vieja y querida "raspadita" ochentosa, cuasi "SUBITO" de las papafritas. Básicamente para ganar el premio hay que raspar 1 circulo de cada columna, formando así, de izquierda a derecha, la palabra L A Y S. Como podrán apreciar, mis intentos no sólo han sido inútiles, ya que no le pegué a una sola de las cuatro letras, sino que también me ha tocado una raspadita que no tiene absolutamente ninguna letra en, al menos, la primera columna. Es decir que si yo tuviera: visión de rayos X, el don de predecir el futuro, habilidad psíquica, la máquina del tiempo o sencillamente el apellido Perón estampado en mi DNI; no hubiera podido ganar de ninguna manera. Así es mi vida.

miércoles, 3 de marzo de 2010
Futuro
Le prohíben a la Polícía Metropolitana que use armas paralizantes
La Justicia hizo lugar a un recurso de amparo del Observatorio de Derechos Humanos porteño.
(...)
La decisión hizo lugar al amparo presentado por el ODH el 22 de
La magistrada no decidió aun sobre el fondo de la cuestión pero hizo lugar al amparo al sostener que a primera vista "no resultan razonables" para ofrecer seguridad a la población.
Además evaluó estar ante "dos bienes jurídicos en juego", seguridad y vida, y por ende dio prioridad a este último.
(...)
Bien. Básicamente lo que nos están diciendo es que hay que cuidar la vida como principal prioridad universal. Antes que la seguridad, está la vida. Antes que todo, está la vida.
A mi me encantaría saber por qué la única vida que vale es la de la gente que comete un delito. No sé si es un drama mundial, si en todos los países de este planeta los delincuentes tienen facultades exclusivas, impunidad y protección total de la justicia.
Me gustaría mucho saber por qué un pibe que asesina a sangre fría tiene el "derecho" de portar un arma ilegalmente, cometer un crimen, disparar contra la policía, ser apresado, pasar 12 horas en una comisaría y salir caminando por la puerta como si nada hubiera pasado; y una fuerza policial que tiene que estar para protegerme A MÍ, A VOS, A TUS HERMANOS Y A TUS VIEJOS, no puede utilizar un arma de defensa que no causa ningún tipo de lesión severa (lo cual está comprobado y su uso está aprobado en la mayoría de los países del primer mundo).
¡Pobres Delincuentes! Ellos no tuvieron las oportunidades que tuviste vos. No tienen la posibilidad de estar sentados echando panza adelante de una computadora como vos. Ni de trabajar 9 o 12 horas por día, de viajar apretado en el subte, de pagar impuestos cada vez más caros, de tener que endeudarte hasta la cabeza para poder sumar bienestar a su vida, como hacés vos. Ellos son una suerte de escuadrón de neo-jesuses, se sacrifican por todos nosotros. Gracias a su sufrimiento vos hoy tenés lo que tenés, un plato de comida caliente en la mesa todas las noches. ¡Pobres Delincuentes! No es su culpa matar. Lo hacen sin querer.
¡Pobres Delincuentes! Ellos no saben lo que están haciendo, no conocen otro camino.
¡Pobres Delincuentes! Hay que cuidarlos...
... después de todo, ellos son el futuro del país.
viernes, 26 de febrero de 2010
Sigue
También descubrí que mi mera presencia no sólo es por sí misma sinónimo de desgracia, sino que también representa para los demás un factor de fortuna. Descubrí esto no en la primera sino en la segunda oportunidad en la que fui testigo de uno de los sorteos de la empresa donde, al igual que en la vez anterior, dos de las personas presentes en la oficina salieron beneficiadas con jugosos premios. Sobre un total de 6 personas en la oficina, incluyéndome a mi, por segunda vez consecutiva, dos personas salieron beneficiadas y yo no.
De los más de 50 empleados que eligieron participar en el sorteo, sólo seis se encontraban allí, uno de ellos era yo, y en dos oportunidades, dos de ellos ganaron y yo no.
Entienden eso en porcentaje? Lo peor, es que de esos seis sólo 1 persona varió. Por lo que de un total de 7 personas, 4 de ellas ganaron y tres no. una de las cuales no estuvo en el primer sorteo.
Espero que lo piensen y hagan sus cálculos.
Cada vez me convenzo más de que el éxito no es lo mío.
Seguiremos adelante.